Amanece el día con la siguiente noticia: «UPyD propone que la Agencia Española de Protección de Datos fiscalice los datos personales que obtienen las aplicaciones móviles». Enlace a noticia en Europa Press.

Dicho partido ha registrado una iniciativa en el Congreso, como proposición no de ley, en la que se insta al Ejecutivo a exigir de la Agencia Española de Protección de Datos la fiscalización de la obtención y uso posterior de los datos por parte de las aplicaciones móviles.

Sin duda, el uso de aplicaciones móviles ha supuesto la apertura del abanico de tratamiento de datos y configura un nuevo entorno, todavía en ciernes, al que debe acostumbrarse el usuario o titular de los datos.

Recuerdo cuando una persona rellenaba un formulario sin más. Ahora todos estamos acostumbrados a que en dicho formulario se nos informe de para qué van a utilizar nuestros datos e incluso hay personas que, ante la información facilitada, desisten de seguir adelante con el registro o cumplimentación del formulario.

Ese cambio de mentalidad debe también regir el uso de las aplicaciones móviles. El usuario debe ser consciente del ulterior tratamiento de sus datos (aparte del propio de descargar la aplicación), habiendo sido INFORMADO a través de una política concisa y comprensible, para que pueda CONSENTIR dichos tratamientos, debe poder oponerse a aquéllos que no vayan en consonancia con la descarga – CALIDAD – y debe poder ejercitar los derechos que le son propios.

Asimismo, los comercializadores de aplicaciones móviles deben cumplir estrictamente con la Ley de Protección de Datos y con la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico. Respetando entre otros, el consentimiento de la persona, la calidad de los datos, el derecho al olvido, la cancelación, tratamientos publicitarios, etc.

Sólo con consentimiento podemos tratar los datos de nuestros clientes y usuarios para determinadas finalidades, pero el consentimiento no puede estar basado en una información farragosa e incomprensible, puesto que en dicho caso estaría viciado.

Contar con una información o política de privacidad que no sea concisa y entendible equivale a una ausencia de la misma y puede suponer el consiguiente incumplimiento legal.

Por lo tanto, responsabilidad de los titulares de las aplicaciones y cautela de los usuarios que van a descargarla.