¿Por qué? Porque quieres protegerte, porque hay una norma que así lo impone y porque ha pasado de ser algo que debías hacer a algo que haces casi sin pensar, como algo necesario, importante y habitual.

La adaptación del individuo a las normas y obligaciones que éstas imponen no es automática, necesita de un tiempo de reflexión, de sopesar los beneficios que conlleva. Es necesario que la persona se acomode a ellas y las convierta en costumbre, pasando de obligaciones a prácticas usuales.

Algo parecido sucede – o debería suceder – con la protección de datos de carácter personal.

Con el cinturón de seguridad te proteges ante un posible accidente, con un estricto cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) te proteges ante una posible sanción por incumplimiento. Ojo, que no es tan difícil incumplir, simplemente el hecho de no solicitar la inscripción de un fichero, enviar los datos a un proveedor con el que se colabora (denominado encargado del tratamiento, sirviendo de ejemplo una gestoría que lleve el tema de impuestos, nóminas, etc.) sin firmar un determinado contrato con unas concretas formalidades y garantías, ya lo suponen. Sopesar los beneficios en este caso no es difícil: evitas sanciones que van desde 900€ a 600000€, generas confianza entre tus clientes y no te dotas de mala imagen.

Llegados a este punto, todavía hay personas y profesionales que no ven los beneficios expuestos y que, pese a ponerse siempre el cinturón en el coche, con la protección de los datos de sus clientes, colaboradores, etc., no son tan estrictos. Entonces no cabe sino que entre en juego el hecho de que hay una norma que así lo impone. Nada menos que una Ley Orgánica (forma obligatoria para cualquier norma que regule un DERECHO FUNDAMENTAL), que es de obligado cumplimiento para todo aquél que, fuera de su ámbito personal, trate datos.

Aquí, más que sopesar los beneficios el pensamiento habitual es «hay una norma que debo cumplir». A nadie se le pasa por la cabeza no presentar sus impuestos en plazo, no presentarse en la mesa si así es requerido para participar en una jornada electoral, porque el individuo asume la norma y sabe que debe cumplirla.

Ese es el pensamiento que todo autónomo, profesional, responsable de la gestión empresarial, etc., debe tener, sabiendo que no sólo está cumpliendo una norma sino que además eso le está reportando beneficios y protegiendo de un menoscabo de su imagen y de su capacidad adquisitiva.

El convertir el cumplimiento en prácticas usuales, cotidianas y que pasen desapercibidas para el usuario es el siguiente paso, lo que se consigue haciendo Documentos de Seguridad personalizados y ad hoc, con procedimientos específicos que permitan cumplir la LOPD sin entorpecer la marcha de la actividad profesional. Para ello mi recomendación sin duda es que dejen todo en manos de un profesional que se convierta en su propio «cinturón de seguridad».